El sándwich ha sufrido cambios importantes a lo largo de la historia. Del ya clásico bocadillo de carne, se ha pasado a un sinfín de recetas, cada una para satisfacer un paladar diferente. Pero más allá de los ingredientes que suelen cambiarse respecto al país, la región o el restaurante, el pan, que es el ingrediente fundamental del sándwich, también ha ido cambiando y adaptándose al gusto particular de los comensales.
En Inglaterra, país al que se le atribuye la creación del sándwich, este bocadillo suele hacerse con pan de molde, pan blando, el que puede ser blanco o integral. Sin embargo, con el paso de los años, este pan ha sido sustituido por pan de otras latitudes, como el pan francés, la baguette. A este sándwich se le denomina French Baguette Sandwich.
A la vez, la incursión de una barra de pan o un panecillo entero creó otro tipo de sándwich, un poco más rígido que ofrece la posibilidad de más ingredientes. A este tipo de sándwich se le denomina bocadillo.
Hoy por hoy, casi cualquier alimento que esté constituido por dos pedazos de pan que contengan diferentes ingredientes se le considera sándwich, sin importar su procedencia o donde se prepare el mismo.
En ciertos países existen diferencias en los nombres de las preparaciones, y estas dependen únicamente del tipo de pan que se utilice. En México, por ejemplo, el sándwich que se prepara con un pan entero rígido se le denomina torta. En Uruguay sucede algo similar. A este último se le denomina refuerzo, haciendo una clara distinción con un clásico sándwich.